Discurso Investidura Plácido F. Viagas como Presidente Junta Preautonómica
"Si hubiera que quemarse en el empeño, lo asumimos"
Gracias, muchas gracias, paisanos, señor ministro, compañeros, representantes de las fuerzas políticas, autoridades andaluzas presentes en este acto en el que estas palabras mías, por hábitos y porque me parece lo procedente, carecerán de toda intención enfática, puesto que un acto de esta naturaleza, como el que, de una u otra manera estamos protagonizando todos nosotros, tiene la suficiente carga histórica como para no disminuirla con afanes meramente literarios, y parece que lo verdaderamente Importante es que hoy, en este momento, nace y es reconocida pública y oficialmente, por primera vez, una voz unánime de Andalucía.
Me parece que cualesquiera que sean las vicisitudes que el ente preautonómico esté destinado a sufrir, o a disfrutar, podrá justificarse en la medida en que asuma esta responsabilidad de ser la voz unánime de Andalucía. Y esto debe pesar sobre todos nosotros, condicionar nuestra acción política, pero sin que minimice nuestras aspiraciones y la capacidad de esperanza que seamos capaces de depositar en el pueblo andaluz.
Señor ministro, parece que todos somos conscientes de lo que, por encima de las disposiciones concretas de Ley, la creación de este sistema preautonómico significa. La consagración del mismo es ya el reconocimiento de un control político que Andalucía, en su totalidad y en su universalidad, ha de ejercer sobre los actos del Gobierno, del estado, que incidan en los intereses comunes de la región. Me parece que esta constatación ha de ir emparejada con otra que tenemos que poner en primer término, y es nuestra conciencia de que la fuerza y la responsabilidad de esta voz se mida también en función de lo que representa de conciencia de la unidad Indisoluble del Estado.
Sobre ambos principios cabe ya una amplia gama de actuación concreta sobre los problemas que preocupan, que nos preocupan como andaluces. Y sería frustrante que al encarar estos problemas, como habremos de hacerlo inmediatamente, estemos condicionados por pequeños. Inconvenientes de técnica jurídica que nos frenen en la medida que tengamos que estar preocupados de hasta dónde podemos llegar y de dónde no podemos pasar, en la defensa de los Intereses de Andalucía.
La voz única y conjunta de los andaluces ha de hacerse presente, sin reticencias de ninguna especie, en cuanto comienza por expresar ese afán de colaboración con el propio Gobierno y esa asunción del concepto y del sentido de La plenitud de la unidad del Botado, y por otra parte, de la solidaridad entre los pueblos de España.
Por otra parte, nadie puede pensar que venimos a encontrar unos modelos que traten de configurar qué es exactamente, o qué va a ser exactamente en esa conjunción de las representaciones de las Diputaciones, de las distintas buenas políticas, ese Gobierno de Andalucía, que va a estar, según he oído decir, compuesto de mayoría y de oposición. Lejos de ser así, el Gobierno de Andalucía es la única voz, repito, de Andalucía. Voz de Andalucía que, en la formulación de las proposiciones de las soluciones que cada caso sugiera, cada uno de sus miembros no podrá dejarse a la puerta el bagaje de su propio concepto de la vida, de su propio concepto del modelo de sociedad, de sus propias concepciones ideológicas. Pero sí podrán, y deberán dejarse a la puerta, lo que sean simplemente los intereses de partido, y creo que éste es el sentido de la independencia que se les puede pedir y se les debe exigir a quienes forman de este Gobierno de Andalucía; la búsqueda inmediata de denominadores comunes a las grandes soluciones que los también graves problemas de Andalucía demandan.
Son problemas de una tal importancia para el pueblo andaluz, son problemas de una tal prioridad, incluso en la política general del Estado, que me parece que hallar fórmulas en donde se encuentren estos denominadores comunes no será en absoluto dificultoso para ninguno de nosotros.
No quiero alargarme, y voy a decir simplemente que el día en que podamos considerar cumplida nuestra misión, lo que debemos aspirar es a llevarnos con nosotros la tranquilidad de conciencia de haber obrado en todo momento como personas honradas. Me parece que el momento político que vive Andalucía, la gravedad de los problemas que afectan a nuestro pueblo, son de tal índole que quedaremos bien, simplemente con ser decentes, con ser consecuentes, y si algo más hubiera que ofrecer, hubiera que dar, si hubiera que quemarse en ese empeño, es algo que todos nosotros asumimos con absoluta naturalidad. Es lo mínimo que podemos ofrecer.
Pero además estamos seguros de que este pueblo que tiene esta cultura en la sangre; este pueblo al que le enseñaron a decir que "cantando la pena, la pena se olvida", pues es hora de que empiece ya a ser perceptible, que en un plazo breve para las generaciones futuras, definitivamente sea aquí la vida, la vida la que toque la guitarra. Nada más.
Gracias.
PLÁCIDO FERNÁNDEZ VIAGAS
Discurso de investidura como presidente de la junta Preautonómica de Andalucía.