La UNESCO declara Patrimonio Mundial el Sitio de los Dólmenes de Antequera
El Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO, que celebra su reunión anual en Estambul, incluyó el pasado 15 de julio al Sitio de los Dólmenes de Antequera (Málaga) en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
España es el tercer país del mundo en número de bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial: el Sitio de los Dólmenes de Antequera es el bien cultural número 45 de nuestro país en formar parte de esta prestigiosa lista. Además, España cuenta con 14 bienes incluidos en la lista de Patrimonio Inmaterial y 5 de Patrimonio Documental en el Registro Memoria del Mundo.
En esta 40ª Sesión del Comité de Patrimonio Mundial, a la que ha acudido una delegación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, encabezada por la subdirectora general de Protección de Patrimonio Histórico, Elisa de Cabo, también se ha recomendado la inscripción de bienes tanto naturales como culturales de otros países, tales como La obra arquitectónica de le Corbusier, candidatura en la que participan Argentina, Bélgica, Francia, Alemania, India, Japón y Suiza; el Archipiélago de Revillagigedo de México; Mistaken Point en Canadá o el Parque Nacional de Khangchendzonga en la India, entre otros.
Criterios de inclusión
El Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO ha seguido la recomendación de su organismo consultivo ICOMOS (Consejo Internacional de Sitios y Monumentos) que en su informe ha manifestado que el Sitio de los Dólmenes de Antequera posee un Valor Universal Excepcional .
El sitio de dólmenes de Antequera es un bien en serie que consta de tres monumentos megalíticos: el dolmen Menga, el dolmen de Viera y el tholos de El Romeral, así como dos monumentos naturales: La Peña de los Enamorados y el Torcal de Antequera. Construido durante el Neolítico y la Edad del Bronce con grandes bloques de piedra que forman las habitaciones y espacios cubierto con dinteles (Menga y Viera) o falsa cúpula (El Romeral), y se utilizan con fines rituales y funerarios. Los megalitos de Antequera son un excepcional ejemplo del megalitismo europeo. Las estructuras megalíticas tienen la apariencia un paisaje natural (enterrado bajo montañas de tierra) y su orientación se basa en dos elementos naturales: la Peña de los Enamorados y El Torcal, que son dos señales visuales indiscutibles.
La interacción monumentos megalíticos con la naturaleza se evidencia en los pozos profundos ubicados dentro de Menga y en la orientación de Menga y El Romeral hacia las montañas sagradas (La Peña de los Enamorados y El Torcal), acentúa la singularidad de este paisaje prehistórico funerario y el ritual. Las tres tumbas, por la naturaleza única de sus diseños y sus diferencias técnicas y soluciones formales, aúnan las grandes tradiciones de la arquitectura megalítica funeraria de la península ibérica.
El Sitio de los Dólmenes de Antequera está integrado por tres monumentos megalíticos: el dolmen de Menga, el dolmen de Viera y el tholos de El Romeral, así como dos monumentos naturales, La Peña de los Enamorados y El Torcal. Se trata de una de las más antiguas y originales formas de monumentalización paisajística mediante integración de arquitectura megalítica y naturaleza que se conoce en la Prehistoria mundial, un gran centro ritual cuyo origen se remonta a la primera mitad del cuarto milenio antes de Cristo.
El Megalitismo conecta sociedades de tiempos y espacios muy distintos y se ha desarrollado en los últimos cien mil años en todo el mundo, en condiciones y circunstancias muy diferentes, por lo que constituye un fenómeno de alcance mundial.
Durante la Prehistoria, Antequera fue un cruce natural de itinerarios entre mares y continentes y un punto de encuentro de pueblos y culturas diferentes. Ello dio lugar al nacimiento de unos modelos arquitectónicos sobresalientes y a una cultura basada en la excepcional interacción con el paisaje, en la que las construcciones megalíticas (dólmenes de Menga y Viera y tholos de El Romeral) se presentan bajo la apariencia de paisaje natural (los monumentos megalíticos están enterrados bajo túmulos de tierra), subordinando su orientación hacia los dos hitos naturales: La Peña de los Enamorados y El Torcal, que constituyen los referentes visuales indiscutibles del Sitio.
La vinculación física y conceptual con el entorno natural es un hecho común en el fenómeno megalítico, sin embargo en el Sitio de Antequera lo realmente original es el estrecho e íntimo diálogo establecido entre la arquitectura megalítica y la naturaleza; un hecho que le dota de una rele-vancia única de escala universal y que no tiene paralelo en la lista de Patrimonio Mundial ni en otros bienes reconocidos del mismo tipo.
Extraido de la nota de prensa del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/actualidad/2016/07/20160715-dolmenes.html